lunes, 23 de mayo de 2016

Picapiedras


Uno se niega a consumir todo ese chusmerío asqueroso que pasan en la TV en las tardes, que más que nada es peleas, minas plastificadas, y bailarines metrosexuales.
 Pero hay otro chusmerío que parece mas glam y en el que un día terminás cayendo.. estás en instagram, ves una foto de un conocido, ese etiqueta a otro, una cosa lleva a otra y terminás siendo cholula.
Terminás en la primer foto de Lali Espósito después de cortar con Mariano Martínez, analizando si tiene más ojeras o si está feliz. 
Tu nivel de cholulismo aumenta cuando a quiénes les chusmeas hasta la foto de cuando estaban en cama con gripe son esas benditas personas que hasta en ese estado salen bien.
Las películas yanquis se han encargado de darle esperanzas a los nerds de que el mundo va a inclinar la balanza a su favor en cualquier momento, por eso cada vez más la gente quiere ser nerd, porque un día van a tener el control y quieren estar en el lado correcto.
Pero me parece que categorizar a las personas de forma tan simplista como si te gusta tal serie sos nerd y si sos hueca y rubia sos popular me suena un poco vago.
Por tanto me parece que muchas personas utilizan contenidos en redes sociales para ponerse de algún lado de la lista, esa gente a la que le encantan las casillas y que paradójicamente tiende a dar una imagen despreocupada acerca de este aspecto.
Es la misma gente que se queja de la fama que le dan a los cantantes de cumbia cheta comentando en cada noticia que sale de ellos.
Y el cholulismo llega hasta esos perfiles, los de la gente comentadora serial, que no puede dejar pasar ni un pensamiento por su cabeza sin escribirlo en su red social preferida, pensamientos dignos de descendientes directos de Hitler, estos especímenes tienen el odio a flor de piel hacia todo ser humano que no sean ellos.
Odian al gobierno, odian a las razas que no sean las de ellos, o a las de ellos pero de otro estrato social, o a la gente del mismo estrato social pero con gustos diferentes, o a gente con otra orientación sexual, o con la misma orientación sexual pero que le gusta otra música, o gente que escucha la misma música pero que vive en otra parte del Uruguay, o gente que es de la misma ciudad pero es de otro cuadro, o gente que es del mismo cuadro pero tiene un trabajo peor, o gente que tiene un trabajo mejor, o tiene un trabajo igual pero le gusta, o gente que no le gusta trabajar, o gente que preferiría estudiar en vez de trabajar, o gente que no puede conseguir trabajo ni pudo estudiar, o gente que odia a otra gente que odia como la odio yo.
La tolerancia se perdió, pero no sólo esa tolerancia que nos hacía aguantar a una persona que tiene mal aliento en el bondi o la que te lleva a soportar una charla tediosa con un familiar que no ves seguido, sino la capacidad de intentar entender al otro aunque no estemos de acuerdo, o de respetar que no todos somos iguales, soportarlo, y hasta disfrutarlo.
Porque como decía antes sobre los nerds y los "populares" no hay que estar en una de las listas,
hay que estar en el mundo, simplemente y llenarte de lo que la gente tiene de bueno, así como tratar de no hacer lo que hace de malo.
Así que si ves a una persona que odia, no la odies, dale lo peor que le podés dar, y lo mejor a la vez, una oportunidad de entenderla y que te entienda, y si eso no te conforma siempre es buena opción un palazo en la cabeza.