jueves, 22 de septiembre de 2016

Una buena lección

En el día del maestro estaba recordando y hasta evaluando mi paso por las instituciones educativas, y me di cuenta que todo se basa en etapas.
Estas deberían tenerse muy en cuenta para educar, seguramente se tienen pero me parece que todavía falta.
Cuando somos chicos tenemos esa fascinación con los maestros, con los padres y con los mayores en general, porque tenemos curiosidades que creemos ellos nos pueden sacar ya que deben saber de muchas cosas por ser "grandes"; cuando llegamos a grandes nos damos cuenta que no sabemos responder las preguntas que nos hacen los niños y no sabríamos respondernos a nosotros de chicos.
Pero esta es una etapa que hay que aprovechar de los niños, porque ahí es donde están buscando constantemente y ahí es cuando más te quieren y respetan; eso sí no te emociones porque el único que te escucha es el niño porque también tienen que jugar con los de su edad.
Cuando sos adolescente, o en esa edad en la que todo te embola y todo es cambios, no querés más que ser rebelde, que ser copado o en caso de no serlo fingir que no te importa.
Esa edad es en la que pensás que no vas a crecer, no te interesa el mañana, sólo el hoy aunque si mañana hay una fiesta te interesa.
Pero acá es la edad en la que más que darles un sermón de que tiene que pensar en cosas que no les interesa, tenés que motivarlos a conocer, a hacer, a errarle y si querés enseñarles algo que es un embole hasta para vos, buscale lo copado, buscale lo desafiante, o una app por donde hacerlo.
Pero después creces, no tanto, pero tenés que elegir cosas muy rápido y que van a ser a largo plazo, aunque después capaz te des cuenta que le erraste y sería lo más normal, nadie te preparó para eso.
Lo que sí es seguro es que cuando empieces a pensar en mañana va a ser cuando lo tengas arriba y capaz querrías estar en un juego para empezar la pantalla de nuevo.
 Aunque está lleno de frustraciones, es lo que tiene que pasar para que aprendas y eso es lo más importante, que aprendas a aprender.
Que estés listo para aprender, y que cuando te estés acercando a lo que querés encuentres más cosas que querés, es la forma de seguir caminando.