sábado, 28 de noviembre de 2015

chubascos

¿Qué pasa con los chaparrones que justo en el momento en el que salís de tu casa te sorprenden con todas las ganas? Todo el día esperando a que esté medio lindo para aventurarte en la conquista de algún alimento o golosina en algún kiosco cercano, para que justo cuando lo hacés, caiga sobre vos toda ese agua y que por supuesto al llegar, como si hubieses tropezado con una cascada, pare.
Pero qué se cree el clima... que se puede reír de mi?
No creo en dios pero alguna vez se me pasa por la mente que hay un gran señor barbudo (porque así nos han enseñado que es) riéndose de nosotros de la misma forma en que nos reíamos de nuestros sims, a los que los dejábamos nadando en la piscina sin una escalera para poder salir porque nos aburríamos de ellos.
En una versión mas vieja y precaria serían las mascotitas virtuales pero en ese caso uno no quería que se mueran, aunque al parecer su tasa de mortalidad era muy alta, y eso que yo le pedía a mi madre que me la cuide mientras estaba en clase, no se puede confiar en nadie.
El otro día me di cuenta que los juegos son casi siempre basados en anteriores, ahora todos son como los viejos juegos pero dentro de un smartphone.
La mascota virtual de esta época es el gato Tom o la gata Ángela, a mi hermana le gusta aunque por lo que he visto lo que mas disfruta es darle cachetadas a ese pobre animal que aunque virtual uno puede enternecerse.
Lo que más me impacta de ese juego es que no pasa nada diferente con él de lo que pasaría si se tuviera a un gato normal, aunque obviamente uno no puede acariciarlo que es lo mejor que tiene un gato, pero al parecer cautiva a muchos adultos también ya que he visto a más de uno alimentar y cambiar de ropa a su Tom en el bondi.
La gente en charlas cotidianas suele citar otra gente de lo mas variada, y teniendo en cuenta que casi todo está dicho casi siempre se está citando a alguien,  para decir que la tecnología nos ha apartado de nuestros semejantes en el día a día, pero señora... ¿Ud. le hablaba al señor que se le sentaba en el asiento de al lado antes de que existieran los smartphones?
Me parece que nunca fue tan simpática, ahora me va a venir a decir a mi que perdió su amabilidad por un rectángulo de luces, no nos podemos mentir así.

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