martes, 8 de septiembre de 2015

Creativaedad

Mi profesor de creatividad pidió que escribamos acerca de un objeto significativo para nosotros.
 Dos cosas, creatividad es una materia para nada creativa pero que el resto de mis compañeros parece disfrutar bastante, aunque consista en un hombre que le gusta hablar de gente medianamente reconocida por algo y resaltar su interacción con esta clase de personas. Más que una clase es un anecdotario que nada aporta a despertar mi curiosidad, capaz le erré de carrera, me gustaría que no y en tal caso la voy a terminar igual porque después de todo ya le agarré cariño. 
Segunda cosa, ¿un objeto? siempre nos dieron ese discurso de no atarnos más que a las cosas esenciales, que lo material no te llena el alma, que los recuerdos valen, todas esas porquerías. Eso me hace acordar a el otro día que tuve la oportunidad de presenciar a dos personas tratando de recitar un cuento bastante optimista, de esos que casi asquean en un viaje en un 143, estas mujeres pseudo hippies, (de los de verdad, no los hippie chic) con la cara pintada cual murguista de bajo presupuesto, una con una guitarra en mano que solo servía para de vez en cuando resaltar partes de dicho cuento que hablaba del amor, la sabiduría, el tiempo, etc, como si fueran personajes, parece algo que postearía una madre en su facebook. 
Con respecto al objeto, no sé qué espera, no me apego tanto a las cosas, mis fotos de chica eran horribles, parecía un niño anémico, no me quedan juguetes porque mi madre es de esas que donan todo, nadie me regaló nada importante, como a un pibe que su abuelo le regaló una radio vieja donde escuchaba fútbol, el profesor pensó que su abuelo había muerto y tuvo que hacer la incómoda aclaración de que seguía vivo.
Así que acá estoy con una taza de café sin hacer esa tarea, y sin ningún entusiasmo de hacerla, capaz si mintiera y dijera que me regalaron algo super lindo alguna vez en mi vida sería mas interesante, pero no me gusta mentir, o no en eso por lo menos, aunque me han hecho buenos regalos no tanto como para contarlo como "el objeto muy significativo". 
Ahora que pienso la gente me regala cosas sin conocerme mucho, por ejemplo un pibe me regaló una foto de un graffitti que no entiendo muy bien donde está, porque al parecer tiene como hobby sacar fotos, revelarlas y dejarlas por ahí, me han regalado dibujos, pósters, pines, pegotines, pero nada que me haga decir: ¡esto es! la verdad mi vida no es muy interesante y nada me ha marcado tanto. 
Luego de esto, me voy a llorar hasta que tenga que ir a clase. Cambio y fuera. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario